jueves, 29 de julio de 2010

ESTABILIZACIÓN ECONOMICA



Para los economistas clásicos en el sistema económico existen mecanismos auto correctores que eliminan los desajustes, siendo por tanto innecesaria la intervención estabilizadora estatal.
El punto de vista clásico sobre la política presupuestaria puede resumirse en los tres puntos siguientes:
1. Limitar el gasto público en lo posible.
2. Neutralidad de los impuestos, en cuanto que no deben alterar la situación material relativa de los contribuyentes. Los gastos deben obedecer a los costes de los servicios sin pretender alterar las posiciones de los ciudadanos.
3. El equilibrio presupuestario anual debe ser la norma presupuestaria básica, pues los gastos deben financiarse con los impuestos.
La revolución keynesiana
La crisis de 1929 vino a cuestionar la virtualidad del modelo clásico. Como alternativa al mismo surgió el modelo keynesiano, en el que no existe un mecanismo automático que retome la economía al pleno empleo. La rigidez de los precios a la baja es lo que explica las situaciones de equilibrio con desempleo de los recursos pasando a constituirse la demanda agregada en la variable clave del sistema. Desde una perspectiva keynesiana, si tiene lugar una recesión motivada por un nivel de demanda insuficiente, habrá de ser la actuación del sector público la que sitúe dicha demanda en el nivel compatible con el pleno empleo de los recursos.
La política económica de los poskeynesianos Keynes limito la actuación del sector publico, pues acepto la norma de equilibrio presupuestario clásico, pero teniendo en cuenta la duración del ciclo económico. Los primeros poskeynesianos, sin embargo, para lograr el pleno empleo, defendieron el recurso a la política fiscal con más ardor que el propio Keynes.
Consideraron los ingresos, los gastos y la deuda pública exclusivamente como instrumentos destinados a conseguir el mantenimiento de un nivel alto y estable de empleo con precios constantes. En este contexto surgió
El presupuesto de estabilización automática que pretendía adecuar los programas de ingresos y gastos públicos a los movimientos de la renta. Asimismo, se afirmo la posibilidad y necesidad de estabilizar la economía mediante la utilización de políticas fiscales, considerando como objetivos tanto la compensación de las fluctuaciones cíclicas como la consecución del producto potencial de plena empleo mediante una política dirigida a estimular la inversión y situar la demanda agregada en su nivel adecuado.
Objetivo de Política Económica que consiste en reducir o minimizar las variaciones cíclicas en el nivel de actividad económica de un país y en el Nivel General de Precios.
La Estabilización Económica comprende tres metas:
a- El mantenimiento del pleno Empleo,
b- la estabilidad del Nivel General de Precios internos, y
c- el Equilibrio externo.
No obstante, en el corto Plazo puede ser incompatible la consecución de estas tres metas simultáneamente más aún, alcanzar una de ellas puede significar empeorar la situación de las otras. Es así que en la literatura económica se sostiene que la estabilidad de Precios y el equilibrio externo se pueden conseguir sólo a costa de provocar un aumento del Desempleo.
Por lo tanto esta posibilidad de conflicto requiere que los planes o políticas de estabilización deben poner énfasis en una (o dos) de esas metas en perjuicio de las otras.
Los principales instrumentos de estabilización son la Política Monetaria y la Política Fiscal.

POLÍTICA MONETARIA
Conjunto de medidas de la autoridad monetaria cuyo objetivo principal es conseguir la estabilidad del Valor del Dinero y evitar desequilibrios prolongados en la Balanza De Pagos.
Se concentra en el manejo de la cantidad de Dinero y de las condiciones financieras, como las que se refieren a tasas de Interés, volúmenes de créditos, tasas de redescuento, de encajes, y otras.
Está estrechamente ligada a la Política Cambiaria, para el control de la cantidad de Dinero; y a la Política Fiscal, cuando la autoridad monetaria debe proveer créditos al sector fiscal y financiarle sus Déficit presupuestarios.

POLÍTICA FISCAL
Medidas implementadas por el gobierno tendientes a encauzar la economía hacia ciertas metas.
Las herramientas fundamentales con que cuenta el gobierno para ello, son el manejo del volumen y contenido de los Impuestos y el volumen y destino del Gasto público.
La política fiscal también incluye las formas de financiar los Gastos de gobierno





LA DEMANDA DE INVERSIÓN Y EL MULTIPLICADOR KEYNESIANO

El segundo componente de la demanda agregada es la demanda de inversión. Las decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus proyectos, del estado de la tecnología y, sobre todo, en función de sus expectativas, es decir, de sus previsiones sobre el porvenir de los negocios de la situación económica. La demanda de inversión puede considerarse por tanto una cantidad fija, independiente del volumen de renta que se genere en el país.

El punto en el que la demanda agregada corta a la bisectriz es, lógicamente, el punto en el que la renta se iguala a la demanda agregada y determina por tanto el volumen de producción real, que se generará en el país. No hay nada que indique si esa producción real coincide o no con la producción potencial.
El aumento en la cantidad de inversión provocará el aumento de la producción real. Es más, un incremento en las decisiones de invertir de los empresarios tendrá un efecto multiplicador sobre la economía ya que permitirá un aumento de las rentas de los factores de la industria de bienes de inversión; parte de este aumento se destinará a consumo lo que provocará aumentos en cascada en las rentas de otros factores.
Cada aumento en la demanda provoca un aumento igual de la producción y la renta. Parte del aumento en las rentas provocará un nuevo aumento de la demanda en la proporción determinada por la propensión marginal al consumo. Los sucesivos aumentos formarán una progresión geométrica en la que el primer término es el aumento de la inversión decidido por los empresarios y la razón es la PMaC. El efecto total, la suma de los miembros de esa progresión, es igual al producto del primer miembro, la inversión inicial, por el inverso de uno menos la razón. Este número, el inverso de la propensión marginal al ahorro recibe el nombre de multiplicador.
Las decisiones de ahorrar las toman las familias y dependen, como hemos visto, de su nivel de renta y de la PMaC. Por tanto no hay ninguna razón por la que la cantidad de dinero ahorrado y la cantidad de dinero invertido deban ser iguales: Ambas están determinadas por decisiones tomadas por diferentes personas con diferentes criterios. Si las familias deciden aumentar el volumen de los fondos que mantienen ahorrados, reducirán su consumo, por lo que teniendo en cuenta el efecto multiplicador, las rentas se contraerán en una cuantía muy superior. Este es el fenómeno llamado la paradoja de la frugalidad: la frugalidad puede provocar disminución del ahorro.



EL MULTIPLICADOR DEL GASTO PÚBLICO

Continuando con el estudio del modelo y las propuestas keynesianos, vamos a analizar ahora el efecto del consumo público, de los gastos y los ingresos del estado, sobre la demanda agregada.
No hay ningún mecanismo automático que haga que la renta de equilibrio coincida con la producción de pleno empleo. La renta de equilibrio -en otras palabras, el valor de los bienes y servicios que el sistema tiende a producir- está determinada por la demanda agregada. Si ésta estuviese formada exclusivamente por el consumo privado y la inversión de los empresarios, sería mucha casualidad que coincidiesen producción real y producción de pleno empleo; los deseos de ahorro de las familias y las expectativas de los empresarios no tienen por que conjuntarse en la proporción y cuantía exacta requeridas. Es más, si en algún momento coincidiesen, el resultado sería muy inestable ya que las expectativas de los empresarios cambian continuamente, cíclicamente.
Los gastos del gobierno están formados por sus compras de bienes y servicios y por las transferencias: las pensiones de invalidez y jubilación, subsidios de desempleo y subvenciones a las empresas, entre otras. En general, los gastos del Estado suponen un aumento de la demanda agregada. La determinación de la cuantía de esos gastos es una decisión política exógena, es decir, independiente de la renta; por tanto puede ser considerada, al igual que hicimos con la inversión en el tema anterior, como de cuantía fija. Pero esta vez sí: ahora la cuantía puede ser ajustada para que la producción real coincida con la producción de pleno empleo.
La incidencia de los gastos del gobierno sobre la renta real también recibe el efecto multiplicador. Los mismos argumentos que estudiamos en el epígrafe anterior para comprender el efecto multiplicador de las decisiones de inversión sirven también ahora para explicar que un aumento en los gastos del gobierno por valor de 100 puede provocar un aumento en la renta de 500.
Propensión Marginal al Consumo (Pg.):
Es la proporción de un peso en que aumenta el consumo cuando la renta aumenta un peso. Es la pendiente de la función de consumo

Propensión Marginal al Ahorro (Págs.):
Es la proporción que se ahorra de una unidad adicional de renta.
Como la renta se consume o ahorra, tenemos que:


Demanda Agregada:
Suma del gasto planeado de consumo y el gato planeado de inversión.

Multiplicador de la inversión

La idea básica asociada con el concepto de multiplicador es que un aumento en el gasto originará un aumento mayor de la renta de equilibrio.
El multiplicador designa el coeficiente numérico que indica la magnitud del aumento de la renta producido por el aumento de la inversión en una unidad; es decir que es el número que indica cuántas veces ha aumentado la renta en relación con el aumento de la inversión.
En un modelo keynesiano es la inversa de la Págs., es decir

Y como:

El multiplicador puede expresarse como:

Lo que refleja el multiplicador es la magnitud del aumento de la renta producido por el aumento de la inversión en una unidad.
A mayor Pg., mayor multiplicador.
Hasta ahora se ha visto un modelo de 2 sectores.
En un modelo de 3 sectores, se incorpora el Sector Gobierno, que genera el Gasto Público, el cual se computa a valores de costo, ya que el Gobierno constituye un monopolio.
Entonces:

Y en un modelo de 4 sectores se incorpora a los ya nombrados Empresa, Familias y Gobierno, el Sector Externo, con lo cual la demanda agregada queda de la siguiente manera:

En: Exportaciones netas, es decir la diferencia entre exportaciones e importaciones.
La inversión es autónoma respecto del ingreso; varía según la tasa de interés.
Los impuestos proporcionales reducen la proporción que se consume de una unidad adicional de renta.

Preferencia por la liquidez (o demanda de dinero)
Es la parte de la renta que prefiere mantenerse en forma líquida.
Puede haber 3 motivos para esta preferencia:

• Transacción: La gente demanda dinero porque lo necesita como medio de cambio para realizar sus transacciones; asociado positivamente al nivel de renta, es decir que a mayor renta mayor preferencia por la liquidez. Llamada L1

• Precaución: con las mismas características que el anterior. Llamada L2. En este caso se demanda dinero para hacer frente a contingencias e imprevistos; la demanda de dinero nace de la incertidumbre que rodea a loas acontecimientos futuros.

• Especulación: asociado a la tasa de interés, es decir ligado a colocaciones que tengan un rendimiento en el mercado financiero, Llamada L3. En este caso la demanda de dinero es para poder aprovechar los cambios en los precios de los activos.

En general hay una relación directa entre renta y preferencia por la liquidez, es decir que a mayor ingreso, mayor demanda de dinero.
Hay una relación inversa entre tasa de interés y preferencia por la liquidez, o sea que a mayor tasa de interés, menor demanda de dinero.

L: Liquidez
K: porcentaje del ingreso que se mantiene líquido por motivos transacción y precaución.

Esta relación inversa entre demanda de dinero y tipo de interés se basa en el hecho de que los individuos poseen dinero en lugar de cualquier otro activo.

Si el tipo de interés es alto, se procurará mantener la menor cantidad posible de riqueza en dinero, pues su costo de oportunidad es elevado, por el contrario, si el tipo de interés es bajo, no valdrá la pena ajustar las tenencias de dinero. Es decir que el comportamiento racional de las familias y de las empresas determinará que las tenencias de dinero se reduzcan a medida que el tipo de interés aumenta y que se incrementen cuando el tipo de interés se reduce.

: Cantidad real de dinero.
: Cantidad nominal de dinero
: Nivel general de precios.
H: coeficiente de sensibilidad respecto de la demanda de dinero.


Una tasa alta de interés desestimula la conservación del dinero
.
La oferta de dinero la determina el Banco Central y no está asociada a la tasa de interés. Los puntos donde los diferentes tipos de demanda de dinero intercepta con la línea de oferta monetaria, representan puntos de equilibrio entre demanda de dinero y tasas de interés.

La Estabilización Económica comprende tres metas:
a. El mantenimiento del pleno Empleo,
b. la estabilidad del Nivel General de Precios internos, y
c. el Equilibrio externo.
No obstante, en el corto Plazo puede ser incompatible la consecución de estas tres metas simultáneamente más aún, alcanzar una de ellas puede significar empeorar la situación de las otras. Es así que en la literatura económica se sostiene que la estabilidad de Precios y el equilibrio externo se pueden conseguir sólo a costa de provocar un aumento del Desempleo.
Política de Estabilización.
Conjunto de medidas orientadas a reducir y evitar fluctuaciones bruscas en la producción, el empleo, tipo de cambio y nivel general de precios.
Programas de Estabilización y Recuperación Económica
La ayuda concedida por la AID a Costa Rica a partir de 1982 fueron los denominados Fondos de Apoyo Económico (ESFs) que tenían como contrapartida los Programas de Estabilización y Recuperación Económica (EREs). Dichos programas estuvieron dirigidos entre 1982 y 1984 al fomento de la estabilidad económica, sobre todo en lo referente a la política de tipo de cambio y a la corrección de los desequilibrios de la balanza de pagos; sin embargo, a partir de 1985 y coincidiendo con la firma del PAE I, estos programas se enfocaron más hacia la consecución de transformaciones estructurales (fomento de la capacidad de gestión de la sociedad civil, desarrollo del sector exportador, reducción del Estado...). En 1991 se firmó el ERE X y en 1992 el ERE XI, con una sustancial reducción del volumen del ESF, marcando así la retirada paulatina de la AID de Costa Rica, que concluyó en 1995 con el cierre de sus oficinas y la constitución de la Fundación CRUSA; dicha fundación pasó a ser la encargada de canalizar y gestionar la cooperación bilateral entre Estados Unidos y Costa Rica y la heredera del remanente de los últimos fondos concedidos por la AID (Sojo, 1991, pp. 23-48).
Aunque los EREs no utilizaban la condicionalidad cruzada, sí incluían condiciones precedentes y estipulaciones. Las primeras consistían en una serie de requisitos que Costa Rica debía cumplir antes del desembolso del ESF, como un acuerdo de contingencia con el FMI (ERE II, 1983), un plan de privatización de CODESA (ERE V, 1986), la continuación de la privatización de CODESA, la congelación del crédito subsidiado a la agricultura y la industria, y la modificación del sistema aduanero para facilitar la exportación (ERE VI, 1987), la administración de las divisas recibidas en cuentas separadas y la presentación de planes económicos anuales (ERE VII y VIII, 1988 y 1989), o el depósito de los fondos de la ayuda en el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (ERE XI, X y XI, 1990, 1991 y 1992) (Sojo, 1991, pp. 23-48).
Las estipulaciones, por el contrario, eran acciones conjuntas de ambos Gobiernos de cumplimiento necesario pero cuya ejecución no estaba sujeta al ritmo de los desembolsos. Estas estipulaciones iban dirigidas fundamentalmente a cinco áreas: el control de las actividades y la privatización de las empresas de CODESA; una política crediticia con indicación de los sectores de financiación preferente y de los tipos de interés preferentes; una política social orientada hacia la construcción de viviendas y la creación de empleo (sobre todo desde 1988); la promoción de las exportaciones del país por medio de la garantía de la disponibilidad de divisas, de un tipo de cambio competitivo, de la capacitación en actividades dirigidas a la exportación y del fomento de las actividades financieras necesarias para el esfuerzo exportador; y, por último, un grupo de estipulaciones permanentes relacionadas con las importaciones realizadas a Estados Unidos y los acuerdos con el FMI (Sojo, 1991, pp. 23-48).
Las políticas de corte estructural vinculadas a los EREs podemos dividirlas en cuatro bloques: los proyectos que ejecutó la AID directamente, los proyectos que ejecutó el Gobierno directamente, los proyectos de apoyo sectorial ejecutados conjuntamente, y la utilización de los fondos de crédito (Sojo, 1991, pp. 23-48).
Entre los proyectos desarrollados por la AID podemos destacar: el saneamiento y venta de las empresas de CODESA, los proyectos de vivienda, el apoyo al Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), el programa de computación del sistema escolar, el apoyo a la JAPDEVA y al Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOPP), y los proyectos relacionados con las universidades estatales y el sistema de seguridad social.
Entre los proyectos desarrollados por el Gobierno se encontraban: la reducción de pérdidas del BCCR, la creación de una línea especial de crédito para fomentar el desarrollo de la banca privada, equilibrar las finanzas de los bancos estatales y facilitar el pago de las deudas de las empresas afectadas por la crisis, algunos proyectos de viviendas sociales, el programa de computación del sistema educativo, y ciertos proyectos de agricultura comunitaria.
Los proyectos de apoyo sectorial se centraron en: el proyecto Foresta, varios proyectos del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (ICAA), el proyecto de desarrollo de la Zona Norte, varios proyectos de vivienda social y otros proyectos de educación, transportes, aduanas, contraloría pública y parques nacionales.
Los fondos de crédito se destinaron en su mayor parte al sector privado en: actividades no especificadas, en Becas de Paz para Centroamérica, en actividades del Cuerpo de Paz, en proyectos de la Embajada de los Estados Unidos, en acción cívica, en autoayuda comunitaria, en apoyo a proyectos de desarrollo, en la Escuela Agrícola Regional del Trópico Húmedo (EARTH) y en remodelación de escuelas rurales.
Los sectores financieros, exportador y público-empresarial fueron los más afectados por las acciones de la AID en lógica coincidencia con las reformas estructurales de los PAEs, lo cual no es de extrañar dada la coincidencia ideológica entre las autoridades del Banco Mundial, el FMI y la AID (Sojo, 1991, pp. 23-48).
La cooperación económica entre los Estados Unidos y Costa Rica obedeció a la coincidencia de intereses entre ambos Gobiernos; mientras el primero quería obtener un efecto demostración de una democracia pluralista, respetuosa de las libertades y derechos individuales y amante de la paz bajo un sistema económico de economía de mercado, el segundo necesitaba abundantes recursos para suavizar los efectos de la estabilización y el ajuste estructural. Por lo demás, ambos Gobiernos coincidieron en la necesidad de estabilizar la economía del país a principios de los ochenta, en dar una orientación exportadora a la producción y en abandonar las funciones empresariales del Estado costarricense. Razones de la cooperación, menos confesables que las anteriores por parte de Estados Unidos, como el apoyo de Costa Rica a la contra nicaragüense o el estímulo de la demanda externa de las empresas norteamericanas gracias a esa ayuda, no deben tampoco ser ignoradas.
Los motivos de la retirada de la AID obedecían a un cambio de dirección de la política exterior norteamericana, con una región centroamericana en decidido proceso de pacificación, y al hecho de que los indicadores de desarrollo de Costa Rica superaron los límites para ser considerado como país receptor de ayuda por parte de la AID.
Reserva Federal constata la estabilización económica de EEUU.
La economía estadounidense continúa estando débil, pero en agosto hubo síntomas claros de estabilización en gran parte del país. La última publicación del Libro Beige de la Reserva Federal (Fed) recoge que la mitad de los distritos del organismo notaron una mejoría, aunque el mercado laboral y las ventas minoristas se mostraron en general planos.
Los distritos de Dallas, Boston, Cleveland, Filadelfia, Richmond y San Francisco han remitido avances en sus economías, mientras que otras áreas apuntaron señales de estabilidad. Solo St. Louis destacó una moderación en el avance de su recesión.
"La mayoría de los distritos destacaron que el panorama para la actividad económica entre sus contactos con empresas permanecían cautelosamente positivos", recoge el informe.
"Las condiciones del mercado laboral permanecieron débiles a lo largo de todos los distritos, pero muchos también notaron un alza en la contratación temporal y un declive en el ritmo de despidos", expresa el Libro Beige.
La mayoría de las regiones comunicaron cierta mejoría en los mercados inmobiliarios residenciales, origen de la crisis, y un alza en las manufacturas.
No obstante, el documento de la Fed advierte de que la demanda de propiedades comerciales se mantuvo débil y que los empresarios de algunas áreas creían que el impulso de las ventas de vehículos no será sostenible tras el fin del programa de incentivos del Gobierno 'dinero por chatarra'.
En su último encuentro de política monetaria, la Fed mantuvo en casi cero sus tasas de interés a corto plazo y vaticinó que probablemente los mantendrá en esos niveles por un extenso periodo de tiempo para abrir el camino hacia la recuperación.
Los funcionarios de la Fed esperan una lenta recuperación con un desempleo persistentemente alto. La tasa de desempleo en Estados Unidos tocó un agosto su máximo de los últimos 26 años, el 9,7%.
La estabilización económica y su impacto sobre el funcionamiento del sistema financiero
La estrategia económica, a partir del manejo de las políticas monetaria y de tipo de cambio, no sólo contribuyó a crear condiciones de valorización interna que alentaron la entrada de capitales y permitieron enfrentar los crecientes déficit en el sector externo, sino que al mismo tiempo se constituyeron en los mecanismos idóneos para el traslado al sistema financiero local de la especulación internacional. Este proceso se dio de manera paulatina en el transcurso del auge de la economía en 1990 hasta la crisis de 1994. A partir de ese momento la política monetaria se hizo más restrictiva y se adoptó un régimen de tipo de cambio flotante.
En las nuevas circunstancias económicas que trajo la crisis de 1994, donde lo usual ha sido la escasez de liquidez y el incremento de las tasas de interés, ha dejado al mercado financiero en condiciones de fragilidad que impiden la rearticulación del fondeo y el financiamiento en la economía.
Jaime Guardiola augura la estabilización económica en el 2010 sin recuperar empleo
Lo peor de la crisis ha pasado y el año que viene comenzará una progresiva estabilización económica que tendrá además signos de clara recuperación en muchas partes del planeta, desde Sudamérica a los países emergentes de Asia. Eso sí, se notará menos en España, donde esa estabilización no estará acompañada de una recuperación de los niveles de empleo perdidos en los últimos años. «El año 2010 será un año perdido en términos de recuperación de empleo», auguró ayer Jaime Guardiola, consejero delegado del Banco Sabadell. Esta entidad financiera mantiene un mayor optimismo que las autoridades financieras internacionales en que España será capaz, también el año próximo, de iniciar el camino de la recuperación y la salida de la crisis, declaró en el Foro Económico de EL NORTE DE CASTILLA.
La intervención de Jaime Guardiola en los salones del hotel Vinci Frontaura ante un auditorio formado fundamentalmente por empresarios, directivos y responsables de administraciones públicas fue, sobre todo, una propuesta de esperanza en que se ve luz al final el túnel de la crisis. Los signos de mejoría se multiplican en distintas partes del mundo, aunque España lleva su propio ritmo, más lento, y aquí, la crisis tendrá una solución diferente y diferida.
Guardiola encabeza el grupo Banco Sabadell desde el año 2007 al que llegó procedente del BBVA. En su opinión, ha comenzado una normalización de los mercados y tanto la bolsa como los países emergentes «se hallan en recuperación después de momentos de pánico, sobre todo tras la caída de Lehman Brothers», comentó. De igual manera, también mejora el sistema financiero europeo, donde se registra una menor cifra de demanda de recursos al Banco Central Europeo. En este sentido, resaltó que se ha generado confianza a través de la intervención de los estados, algo que después puede tener consecuencias si desde determinados sectores «se reclama una mayor intervención» en el sistema.
Explicó que la recesión se ha superado mediante la sustitución del endeudamiento privado por el endeudamiento público, una característica especial de esta crisis en la que, llegará un momento en el que habrá que «desaparecerán los estímulos» y habrá que devolver las cantidades prestadas y los beneficios fiscales, recordó.
Estrategia de salida
Pese a los signos positivos, Jaime Guardiola coincide con las autoridades monetarias al considerara que «todavía es pronto para implementar estrategias de salida de las políticas de estímulo. Estamos ante un entorno económico y financiero muy mejorado. Desde el punto de vista de un ciudadano puede ser una milonga, pero lo cierto es que es así», declaró.
Las perspectivas para el 2010 apuntan hacia una recuperación lenta, pero con una caída del crecimiento potencial. «Crecen todos, menos España», resumió el experto, pero nuestro banco tiene una visión más optimista para España», aseguró. Guardiola señaló algunos riesgos del futuro inmediato, «como el de que se retiren los programas de estímulo demasiado pronto, o los derivados de una subida del precio del petróleo», resaltó, si bien matizó que se trata de unos riesgos «relativamente pequeños».
Esta recuperación viene impulsada sobre todo por los países emergentes, con excepción de la Europa del Este y se auguran importantes mejorías tanto en Alemania como en Japón en uno entorno de mayor estabilidad financiera. «Las pérdidas de riqueza en activos inmobiliarios y financieros se detendrán, lo que generará una menor carga negativa al consumo por la vía del efecto riqueza», apuntó. Reparó en este apartado una situación paradójica en España, «donde la gente precancela sus hipotecas. Va al banco y se desendeuda de un préstamo concedido en unas condiciones muy beneficiosas en lugar de invertir esas cantidades», dijo.
En una situación que tiende de nuevo a la normalidad, las condiciones financieras también mejorarán, aunque en el futuro, no van a ser tan expansivas como lo fueron en los años anteriores a la recesión.
Retos estructurales
Para el experto, llega el momento de la aplicación de algunos retos estructurales, uno de los más destacados, un cambio regulatorio del mercado bancario, con mayores requisitos y responsabilidades del capital, una reforma de las prácticas retributivas a los directivos, la regulación de los mercados que hasta ahora no estaban organizados y la aplicación de un sistema de liquidación internacional para instituciones de importancia superior a los estados. «Caminamos hacia un mundo más bilateral con más peso específico de Asia. El mundo va a tener que crecer de forma más equilibrada», razonó. «Hasta ahora, los americanos consumían y los chinos ahorraban. Ahora, cada país tiene que tener su consumo y su ahorro. Cada economía tendrá que ser más auto sostenible», afirmó. La forma de conseguirlo, será mediante el fomento de la demanda doméstica en aquellos países con un superávit exterior sostenido y el aumento de la política social, mientras que economías como un déficit exterior sostenido, como Estados Unidos, tendrá que promover más el ahorro privado y proceder a una buena consolidación fiscal. Entre los cambios que requerirá el nuevo orden económico incluyó el mayor peso de los países emergentes tanto en el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde la cuota deberá subir a un mínimo del 5% como en el Banco Mundial, en el que la participación será del 3%.

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